Con la llegada del otoño, el frío y las lluvias, las jornadas de navegación ya no son tan habituales y muchos barcos se quedan parados durante meses. Por eso, ahora es el mejor momento para que los propietarios de las embarcaciones de recreo lleven a cabo una revisión completa, garantizando que el barco se mantenga en buenas condiciones. Por ello, en este post repasamos algunos consejos de mantenimiento de barcos en invierno.
En primer lugar, es fundamental realizar una limpieza en profundidad. Después de la temporada de navegación, los barcos suelen sufrir desgaste, depósitos de sal, algas y otras formas de corrosión. La sal y las algas pueden dañar la pintura y la corrosión puede dañar las partes metálicas del barco. Limpia a fondo tanto el interior como el exterior, eliminando los depósitos de sal, algas y otros residuos de suciedad para evitar daños a largo plazo. Presta atención a todos los herrajes y molduras y no te olvides de quitar las velas y lavarlas adecuadamente con un jabón suave.
Aprovecha la escasa actividad náutica de los meses de otoño e invierno para realizar todas las revisiones y reparaciones necesarias. Realiza una inspección minuciosa del motor y los elementos mecánicos para evitar problemas la próxima temporada. También es importante revisar el estado de la batería. Para evitar que se estropee, lo recomendable es cargarla cada mes, pero esto puede ser prácticamente imposible si vives en otra ciudad. En su lugar, recomendamos utilizar un cargador permanente, instalar un panel solar o simplemente desconectarla.
Además de los elementos mecánicos, es importante revisar otro tipo de elementos como las frisas de las escotillas, los portillos, la cadena del ancla y la fijación de los candeleros. Si hay piezas o partes deterioradas por el uso o por el clima también será conveniente restaurarlas.
Comprueba el sistema de luces y verifica que todos los sistemas eléctricos funcionen correctamente. Reemplaza el cableado desgastado, los interruptores rotos si es necesario o las bombillas fundidas. Esto forma parte de tu seguridad.
Verifica el estado de toda la estructura, con el fin de detectar grietas o arañazos. Siempre que el daño no alcance la fibra, es posible hacer una reparación superficial con un gel especializado. De lo contrario, será necesaria la intervención profesional.
En las embarcaciones de vela será necesario examinar cualquier fallo en las velas. Los lugares más habituales donde puede haber daños son las costuras y en las zonas en las que se genera más roce y tensión como el puño de amura o el puño de escota.
Finalmente, revisa todos los elementos de seguridad a bordo. Comprueba la fecha de caducidad de los elementos pirotécnicos y envía la balsa salvavidas para su revisión. No olvides limpiar y comprobar que los chalecos salvavidas están listos para ser utilizados. Tu seguridad y la de tus pasajeros es lo más importante.
Mantenimiento de barcos en invierno: almacenamiento en tierra o en agua
Una vez que hemos realizado todas las tareas de mantenimiento de barcos en invierno, revisiones y reparaciones, toca decidir si devolvemos la embarcación al agua o si optamos por dejarlo en tierra. En uno u otro caso, busca un lugar seguro y resguardado. Es aconsejable usar una lona para proteger el exterior y controlar la temperatura interior, manteniendo el habitáculo seco y ventilado para evitar la aparición del moho que puede crecer rápidamente durante el invierno. Para ello puedes emplear un deshumidificador para uso náutico.
Si optamos por el almacenamiento en tierra, lo ideal es que sea en un lugar cubierto. El almacenamiento interior es la mejor forma de protección para la embarcación y ofrece protección contra la lluvia, el viento y las heladas.
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